“¿Cachái Reolé?»: A los 50 años de carrera artística del cantor y poeta punk

El 14 de junio de 2023, en la presentación del libro “Otra cosa. Siento tres canciones de Mauricio Redolés” en la Sala América de la Biblioteca nacional, Cristofer Rodríguez Quiroz leyó este texto que hoy traemos de vuelta con motivo de la celebración de los 50 años de carrera artística del emblemático poeta y cantante del Barrio Yungay. El texto es también un preámbulo para lo que ocurrirá este viernes 6 de junio: el concierto que el músico dará en la sala SCD Bellavista para conmemorar sus cinco décadas de trayectoria.

“¿Cachái Reolé?”. Esta pregunta me hizo un amigo del barrio cuando teníamos 14 años, hoy la edad de mi hija, inmediatamente antes de reproducir en su radio ¿Quién mató a Gaete?. Yo no cachaba a Redolés, pero conocía a Gaete. También me di cuenta de que conocía Eh Rica, el otro single del disco, y paraba de contar.
Muchos años después, cuando ya cachaba a Redolés y, es más, iba a ver sus presentaciones y tenía mi reproductor de música con algunas de mis canciones favoritas del artista, Redolés lanzó un álbum que llevó el mismo nombre: ¿Cachai Reolé? Un disco y DVD en vivo y celebratorio de sus casi tres décadas de carrera musical. La razón de bautizar el disco de esta forma remitía, según él mismo, a una suerte de pregunta underground bastante común desde que apareció en escena a mediados de los 80. Porque a Redolés lo cachaba mucha gente, pero no tanta. O porque a Redolés no lo cachaba nadie, injustamente. Una suerte de concepto explicativo del mito del vecino de Yungay que cantaba y tocaba la guitarra, poemas intermedios. A través de esta pregunta retórica uno, finalmente, terminaba cachando algo a Redolés.
Años más tarde, el 2016, comencé a trabajar en un proyecto junto a un grupo de amigos melómanos –César Tudela, Felipe Godoy y Gabriel Chacón– que resultó en el libro 200 Discos de Rock Chileno. La idea era, en un afán patrimonial, antologar 200 Discos importantes de la discoteca rockera chilena. Redolés estuvo presente con dos de sus publicaciones, el mencionado Gaete de 1996 y Bello Barrio de 1987. Si bien ya había lanzado Canciones y poemas en 1985, consideramos Bello Barrio como su debut discográfico desde la vereda del rock propiamente tal. El desafío de escribir sobre Bello Barrio fue exigente, porque además de dar a conocer detalles técnicos y de defender la presencia del álbum en el listado final, Bello Barrio era la primera mención a Redolés en el libro y en esta teníamos que hacernos cargo de presentar su obra, pero, sobre todo, al artista. Obviamente la pregunta a responder era “¿Cachai Redolés?”.
Finalmente, el texto de Bello Barrio comenzó con una síntesis de distintas opiniones esparcidas en prensa sobre Mauricio en ese momento histórico antes del fin de la dictadura. Críticos y periodistas escribieron entonces:
“‘¿Un espectáculo postmodernista? ¿Una poesía eléctrica y descarnada? ¿Un rock con perspectiva histórica? ¿Una poesía dramatizada?’, preguntaba Gregory Cohen en julio de 1987 sobre Mauricio Redolés. En otros medios, Fabio Salas recomendaba prestarle atención ya que ‘su obra es muy promisoria’, mientras Rigoberto Carvajal sentenciaba: ‘Es una pérdida de tiempo oírlo’. ¿Quién era ese tal, que generó dudas y posiciones opuestas, allá, en el ocaso de los 80?”.
Han pasado 36 años desde la publicación de Bello Barrio. Muchas cosas han cambiado: la transición completa, cerca de una decena de discos, sus dos hijos, un accidente cerebrovascular reciente, la revuelta social, la pandemia mundial y el reconocimiento con el Premio Nacional a la Música Popular Presidente de la República en 2022.
Pero la pregunta nos persigue con porfía, porque mientras más conozco a Redolés, más me doy cuenta de que menos lo cacho. O lo mucho que me queda por conocerlo.
En cada memoria, rima, chiste o anécdota del Redo hay un microuniverso de otras historias, memorias, rimas, chistes y anécdotas que se hilvanan una a otra, con narraciones sobre sus amigos o personajes que admira y otros que no tanto. O, muchas veces, se conectan con la historia y el momento cultural en que ocurrieron. Imaginen tan solo la posibilidad de cuentos innumerables a los que podemos acceder en una sola tarde con Redolés. Imaginen este mismo ejercicio escuchando lo que hay que saber tras cada poema, tras cada canción.
El libro que lanzamos hoy es una aproximación fiel a esos momentos fantásticos –en la polisemia del concepto– que se manifiestan en cada conversación con el Redo. Un ejemplo es el apartado del libro donde se refiere a Pudahuel 14:30 hrs, canción de su desconocido casete no editado, grabado en Londres en 1978, Malas intenciones.
Las dos páginas que ocupan el espacio destinado a la canción muestran el título, la autoría, los acordes, la digitación de dedos en la guitarra y el texto. Hasta ahí, un cancionero más, con la salvedad de tratarse de una canción inédita de unos de los nombres fundamentales del canto popular chileno de los últimos 30 años. En la segunda página viene un código QR para acceder al audio original de la canción en Youtube, una burbuja de texto con la información del posible año de composición (1976) y las probables influencias musicales para componerla (Leonard Cohen, para este ejemplo). Como si fuese poco, agrega un apartado de seis párrafos que comienza así: “Este tema relata el momento en que soy expulsado de Chile…”.
Es tal la generosidad de Mauricio en este libro, que el ejercicio se repite en aproximadamente la mitad de las 103 canciones. Nos cuenta su origen, interpretaciones, anécdotas y memorias de toda índole… personales, colectivas, políticas. Imagínense cuánto hay que contar de una canción como ¿Quién mató a Gaete?. Solo les cuento que una plana completa de las siete otorgadas al himno en cuestión está compuesta por notas al pie de página. Es de no creer la cantidad de datos y secretos revelados. Por si fuera poco, también hay fotos.
“Otra cosa. Siento tres canciones de Mauricio Redolés” es un libro que cualquier fanático quisiera tener de su artista favorito, sean Los Beatles o Los Prisioneros. Un libro fértil, altruista, lleno de información de primera fuente que, a partir del ejercicio de antologar la obra, abre caminos inimaginados hacia los recuerdos del artista y sus motivaciones, permitiendo reconstruir, desde ahí, una biografía personal y colectiva del autor y su generación.
Ya quisiera este libro para abordar la obra de Violeta Parra o Víctor Jara. Imposible, por cierto, pues ya no están entre nosotros. O este libro escrito por Ávaro Henríquez, Charly García o Bob Dylan, propietarios de catálogos alucinantes. Pero el hecho de tener este ejemplar de puño y letra de Mauricio Redolés, con un catálogo más pequeño –en sus palabras, con canciones chicas y cafés–, es un tesoro que, desde mi punto de vista, es a ratos mucho más relevante y rico. Redolés habla de sí y habla de todos a la vez. A partir de sus canciones conocemos al poeta y a través de este al cronista. El militante, la víctima y el sociólogo. Víctima de la dictadura y de la cultura concertacionista pacata de los 90. Combativo para expulsar el imperialismo en los 70 y para hacer frente a un medio musical que, tras cada abrazo, lo apuñaló innumerables veces.
Los Gaetes, las ricas, los choros porteños. Los sapos, los torturadores, los saqueadores. Los estudiantes del Amunategui, las pingüinas del torniquete, los maestros sandovales. Todos y todas están en el barrio grande que Redolés escribió en estas canciones que se sienten, como dice el nombre del libro. Porque son nuestras y, como los espejos, a veces, son nuestras mejores amigas viejas. En este libro –y en la obra del Redo– nadie discrimina a los vivos, porque todos somos vivos. Y todos cachamos a Redolés, porque todos somos Redolés.
Cristofer Rodríguez Quiroz es profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, diplomado en Estudios de Música Popular y magíster en Historia Contemporánea de Chile. Es investigador sobre historia de la música popular chilena, coautor del libro “200 discos de rock chileno” (ganador del Premio Pulsar 2022 en la categoría Mejor Publicación Musical Literaria) y del libro «Con el corazón aquí: Estado, mercado, juventudes y la Asociación de Trabajadores del Rock en la Transición a la Democracia”. En 2023 coordinó el proyecto web sobre música y memoria «50 años/50 canciones». En 2024 integró el equipo del proyecto multinacional «600 Discos de Latinoamérica» y en 2025 el proyecto web “Modernismo Latinoamericano”. Su ensayo “Respirar adentro y hondo: Apuntes sobre ‘Tren al sur’” fue incluido en el libro “Cultura Prisionera. Ensayos más allá de la música”. Ha escrito en medios de prensa como Nación Rock, El Desconcierto, Culto de La Tercera, Lúcuma y Rockaxis, donde se desempeñó como parte del Comité Editorial de la revista.