La Encrucijada -el Papa en Santiago de Chile- (2018); un corto documental dirigido por Cristian Pacheco.

mayo 20, 2025
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La encrucijada (2018) cortometraje documental 

Cristian Pacheco Guzmán, fundador de esta revista digital, junto a la producción de los siempre secuaces del colectivo Sabotaje, dirige este cortometraje documental que sigue -y persigue, quizás sea mejor decir- la visita del Papa Francisco a la capital el 15 y 16 de enero del 2018. Lo hace encabalgando encuadres que se dejan arrastrar por una premisa enunciada por la propia voz de Cristian al principio de la película, una que se lee como una posición de tiro de plano; “Detrás de las rejas. Con los católicos. Sin la iglesia”. Con esa carta de navegación la cámara se precipita en los torrentes humanos que reciben o emplazan al sumo pontífice. Su llegada, en medio de una de las mayores crisis de la iglesia Católica del último tiempo, tiene como telón de fondo el escándalo que suscitó el nombramiento de Juan Barros como obispo de Osorno. El sacerdote, acusado de encubrir los bullados abusos de Fernando Karadima, es interpelado por organizaciones de víctimas y agrupaciones católicas que se manifiestan incansablemente en su contra. Piquetes de feligreses que se plantan en tramos de su recorrido para aguarle la fiesta de bienvenida al jefe de estado del Vaticano, y que corean el cántico: “obispo encubridor / no puede ser pastor”, exigiendo la destitución inmediata del obispo al líder de la iglesia católica, que por esos días desacredita de plano las acusaciones, refiriéndose a ellas como simples “calumnias”.

Esa tensión en torno a la álgida crisis que vive el catolicismo por esos días es un caudal que cruza de orilla a orilla este documental de casi veinticinco minutos. Pero más allá de esa primera capa, es el ejercicio cuasi sociológico de entrar a pies pelados al río humano que se congrega, aglomera y circunda alrededor del evento religioso el que hace de La Encrucijada un corto documental tan significativo -y que hoy, observado en perspectiva, no hace sino ganar textura-. En ese cruce de cauces, en que se forman remolinos de voces que el lente conjura y resuelve en planos que proponen una suerte de cartografía a mano alzada de los asistentes, se vuelven visibles las señas con las que Cristian trabaja su veta audiovisual. Ahí palpita el corazón de cronista, que no concibe su oficio dentro de los parámetros de la voz aislada y autoreplicante del reportaje costumbrista o informativo, sino que empeña su trazo en el acto de escucha; en el encuentro con la palabra de los otros del relato oficial. Al final, tal como las transiciones con versículos del nuevo testamento funcionan como pancitos de vida que articulan las secuencias del documental, quedan resonando un puñado de frases dichas en mitad del gentío, salmos sapientes o profundamente ingenuos, proclamas revolucionarias, o simplemente urgentes y existenciales, como ese “no soy tonto y sé sufrir” que dice un viejo curado de la calle que se acerca al equipo de grabación a dar testimonio de las vidas que habitan el subsuelo de la ciudad; o el joven protestante católico que denuncia una iglesia de derecha conformista y mullida que «echa agua bendita al mundo» en lugar de «darlo vuelta» de una buena vez; o el divino anti moisés que vestido como el personaje personificado por Charlton Heston en la película de la década del cincuenta, dice no atender a la gente que lo tacha de loco, pues sabido es que «la palabra de la Cruz es locura», justo antes de que la cámara que queda ensimismada mirando a contramano y en lontananza la caterva de creyentes que quedaron fuera de la misa en el Parque O’Higgins capture a alguien quejarse de la situación alegando que: «vino hasta el Moisés y no lo dejan pasar» . Se trata de una forma lateral de enfocar, que encuadra el cuándo y el dónde sucede la intersección de lo religioso y lo político, el instante de encuentro de la formulación trascendente y el concreto inmanente; la encrucijada de sus tránsitos en una misma circunstancia y un mismo paisaje.

Esta semana, el  ocho del cinco, del quinto mes, del día de su nacer, lo queremos recordar con su tranquila y bella voz; reflejado en los lentes de sol de una entrevistada; en el manojo de inquietudes con las que encaró su quehacer creativo. En sus proyectos siempre enhebrados con los hilos de la amistad, y con ésta su última obra audiovisual.

Acá en la carne de esta revista digital, bordado con lanas que no se rompen, vive el tesoro encendido de su recuerdo. 

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