[ADELANTO] Las tarántulas, poemario de Elaine Vilar Madruga

Fiel a su estética, que reivindica la belleza de lo macabro, lo pútrido y lo animal, y con una precisión magnífica, la autora nos invita a mirar de cerca eso
mayo 20, 2025
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«Mi autorretrato es una tarántula sin ojos», escribe Elaine Vilar Madruga, y los poemas de Las tarántulas son, entonces, esa telaraña que atrapa a memoria del cuerpo, el agujero desde donde emergen los miedos, y los deja a la vista.

Fiel a su estética, que reivindica la belleza de lo macabro, lo pútrido y lo animal, y con una precisión magnífica, la autora nos invita a mirar de cerca eso que siempre estuvo bajo nuestros pies: lo que crece y vive en la oscuridad, como la tarántula, esperando el momento oportuno para revelarse.

Las tarántulas llega a la Furia del Libro bajo el sello de Concreto Editorial de Argentina.

***

Rosario

cuenta a cuenta

camino

entre los dedos que ya no son dedos

sino derrumbe

la vejez de mi cuerpo

la naranja pelada del rosario

como la vejez de mis ideas

cuenta a cuenta

mis ideas pasan

entre dedos que ya no son más

que representación

de lo roto

por qué rezas por qué rezo

por el camposanto vacío de las ideas

por la vejez de las ideas

por la naranja cruel.

Contracción

todo el silencio del mundo

se encuentra

en mis trompas de falopio

allí también hay vida

pero cada vez menos

cada día

mis trompas de falopio

se parecen más a este silencio

y el silencio

amaestrado y obediente

en su jaula

se confunde con un óvulo

cada mes traigo al mundo

un silencio

con ojos de sangre.

El origen del mundo

era la selva un bosque de años abriéndose

como papel deshojado

en la esquina de una circunstancia

yo no sabría decir qué sangre me corre por las venas

si la sangre agujero de un país

o la de un país agujereado

pero era roja

suya y mía

despellejaba el adn que entonces

era solo una palabra conveniente

apócrifa selva dentro de los años

cerca de la alhambra

entre los moros

ahí estuvo ella

cuchillo sobre el filo de otro cuchillo

arrastraba sus uñas

y a cinco niños mocosos

de padres diferentes

era hermosa

como hermosa también fue mi infancia

y amaba a sus hijos

como luego me amaron a mí

yo no sabría decir qué sangre me corre por las venas

allí solo existe un agujero de sentido

pero en las tierras de la alhambra

entre los moros

quién iba a cuestionarle a la mujer cuál es el concepto

de perdurabilidad o trascendencia

dime tú cuál es el concepto si lo sabes

dime tú cómo explicarle

la belleza de la historia

cómo decirle que de esos cinco hijos

solo uno llegaría hasta esta tierra

con cuchillos en los dientes

dime tú cómo puedo anunciarle

que la poesía es más grande

que el propio templo de sus palabras

yo no sé cuál fue mi sangre

quién fue mi agujero

hablar de poesía

es redundante en estos tiempos

como lo fue en los suyos

en esas tierras de la alhambra

donde la mujer arrastró sus ojos

por el desfiladero de la existencia.

Aria

nadie duerme

excepto la ciudad deslomada

bostezante

gong nocturno

en la estrella en la estela en la tela del insomnio

la mujer que mañana despertará ojerosa

fregará el látigo contra la piedra

la ropa sucia contra la piedra

la cabeza contra la piedra

mientras la ciudad imperial esplende aceitada

el aria es realmente impresionante

canta la mujer cara de caballo

cuando amanezca limpiará con un palito

los rastros de mierda de la ciudad imperial

que se han incrustado a la tela

solo así la ropa gris

otrora blanca de los menesterosos

se transmutará en la noche bocarriba

panziabierta y mosqueada

en el silencio de la ciudad

ella golpea

la cabeza contra la piedra

su dolor contra la piedra

la belleza contra la piedra

nessun dorma.

Las tarántulas

autorretrato pintado al óleo

con la sonrisa torcida a lo gioconda’s style

en un país demasiado grande

lleno de instrumentos quirúrgicos

de tortura o salvación

a la velocidad en que se desplaza el tiempo

por las cuerdas

entre los pies del agujero sonriente

a lo gioconda’s style

se agota la cancioncita triste del nenúfar

sembrado en mi garganta

he aquí que mi autorretrato es

una tarántula sin ojos

que extiende las patas

para sentir cómo pasa el mundo por debajo

cómo pesa el mundo

cuando las palabras ya no alcanzan

***

Elaine Vilar Madruga

(La Habana, 1989) es narradora y poeta, licenciada en Arte Teatral con especialidad en Dramaturgia por el Instituto Superior de Arte (ISA). Considerada una de las voces literarias más destacadas de Cuba y el Caribe, ha recibido numerosos reconocimientos internacionales por su personal fusión de lo realista y lo fantástico. Entre sus publicaciones se destacan las novelas Salomé (2018), La tiranía de las moscas (Premio Cálamo al Libro del Año y nominada al Premio Finestres de Narrativa, 2021) y El cielo de la selva (Premio Nollegiu a la Mejor Novela del Año en Español, 2023). Su obra la consolida como una de las autoras más relevantes del panorama literario actual y ha sido traducida a varios idiomas.

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